La muerte del magistrado del Tribunal Constitucional, Roberto García-Calvo, como en una buena película de Hitchcok o una novela de F. Forsyth, ha provocado que la resolución de los recursos pendientes sobre el Estatuto de Cataluña de un giro imprevisible. De una situación en la cual los progresistas del tribunal se encontraban en minoría, se ha pasado a un empate con el sector conservador, que se deshará con el voto de calidad de la presidenta, de orientación progresista. Ya veremos como afecta todo esto a la sentencia en curso de discusión.
Mientras tanto, los diarios ocupan muchos de sus titulares a cuenta de las consecuencias de la sequía y del tema más candente de aquí al nueve de agosto: la financiación autonómica. Pasado ya el primer momento de duda sobre si era conveniente o no iniciar el proceso del nuevo sistema de financiación en periodo de desaceleración económica, debate al que puso final el magnífico artículo del Presidente Montilla en El País del 10 mayo de 2008 y el compromiso del Presidente Zapatero de empezar la discusión; ahora estamos en el inició del mismo. No es un tema menor para Cataluña, ni para el resto de Comunidades Autónomas. La propuesta catalana parece que levanta muchas reticencias (siendo suaves), pero al respecto creo que es necesario decir que:
- Cataluña no pone en cuestión la solidaridad con el resto de pueblos de España, como no lo ha hecho nunca.
- Cataluña pretende que el esfuerzo en solidaridad se concentre en las cuestiones básicas del estado de bienestar: salud, educación y servicios sociales. Quedando el resto de cuestiones fuera de este fondo de solidaridad o suficiencia territorial.
- Cataluña pretende que el crecimiento de la población esté contemplando en la fórmula final. Somos un país de inmigración – como lo hemos sido siempre- y los últimos años con más intensidad.
- Cataluña quiere que sus ciudadanos reciban del estado lo mismo que reciben los ciudadanos de otras comunidades. ("Extremadura recibe del sistema más dinero per cápita (2.500 euros) que Cataluña (1.900 euros). Eso no quiere decir que Extremadura tenga más renta per cápita, porque su sector privado tiene un peso mucho menor". El País, 19 de maig de 2008).
Soy consciente de que sintetizar en unas pocas líneas la propuesta catalana es una simplificación, pero quiero que se entienda claramente (con el peligro, de ser inexacto)(1): No queremos desentendernos de España, pero tampoco que nuestras necesidades –que son muchas- sean desoídas o desatendidas.
Por último quiero recordar al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, oliventino como yo mismo, que cuando se habla de Cataluña y de sus ciudadanos, se está hablando también de parte de medio millón de Extremeños de nacimiento que tuvimos que emigrar y cuyas familias en la actualidad ejercemos de catalanes. Me siento orgulloso del avance que ha hecho Extremadura, porque tanto mis padres, familiares como yo mismo hemos contribuido a él. Pero deseo una vida mejor para los ciudadanos de Cataluña donde hemos enraizado. Ambas demandas son justas y necesarias.
(1) Quien quiera conocerla en profundidad puede consultar: Nuevo modelo de financiación.
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