("Elegía a Ramón Sijé", de Miguel Hernández)
Mis últimas entradas se estan convirtiendo en necrológicas, pero es que, por lo visto, la muerte que ronda siempre nuestra vida, de vez en cuando, muestra su autoridad y seduce definitivamente a algún que otro amigo y compañero.
Hoy Eduardo Martínez Monreal ha subido a la barca de Caronte y nos ha dejado. El que se empeñó en subir el arte al cielo -su asociación "Mira-Mira" posee una extraordinaria colección de cometas de excelentes artistas, que acostumbran a volar por el cielo de Badalona en el mes de mayo- hoy ha subido él mismo hecho arte, despojado de su dolor humano.
Me reprocho haber dejado muchas conversaciones a medias -él que tanto hablaba y tan lúcidamente- sobre el arte que habíamos visto en estos últimos tiempos de su enfermedad. Nos citamos para hablar de ellas. No fuimos ninguno de los dos. Hoy ya es tarde. Por ello reproduzco un cuadro de Nicolas de Staël, cuya exposición organizada en la Pedrera fue objeto de nuestra última conversación. Estaba contento e ilusionado, con esa ilusión que sólo ofrecen el arte y la inocencia de los 65 años.
Imagen:
Nicolas de Staël, Figura a orillas del mar, 1952
1 comentari:
hola compañero quiero sumarme al dolor que tanto su esposa como todos los que tuvimos la suerte de conocerle sentimos en estos momentos,"la muerte está tan segura de vencernos, que nos da toda una vida de ventaja", que diría Pienot.
Ciertamente su vida no fué larga, pero sí fué intensa, nos regaló su brillantez con la palabra en muchas ocasiones, yo personalmente le lleve la contraria en muchas conversaciones y lo hice solo como pretexto para que me deleitara con su conversación amena, sencilla pero muy certera en sus posiciones,me ilustro sobre muchos aspectos de lo que era nuestra pasión, la politica, no le importaba explicar a los compañeros unas ideas o ideales que ciertamente para la sociedad actual parece que quedan obsoletos, pero que a muchos nos parecen basicos para el crecimiento como personas de bien, yo tuve la suerte de contar con tu amistad, Eduardo.
Ahora podras ver las cometas en todo su esplendor, solo tu podias haber ideado llenar el cielo de arte.
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